martes, 16 de octubre de 2012

pensando


Aquello empezaba a ser caótico así que decidí salir a fuera, al porche, a fumar un cigarrillo. Me abroché la chaqueta, a esas horas de la noche ya hacía bastante frío.  La primera calada calentó mi cuerpo, observé volar el humo y entonces me fijé en las estrellas, todo a mi alrededor era oscuridad excepto por su brillo.

En aquel momento recordé aquellas noches de verano que nos tirábamos juntos al suelo a observar el cielo, pero nada me parecía más hermoso que su mirada, la magia de esa inmensidad nos ilusionaba y los arbustos donde nos acomodábamos hacían bien su papel de suite de hotel… sonreí al acordarme de eso, pero apareció un nudo en la garganta por la angustia, una angustia que se pronunciaba con cada año que pasaba, jamás volverían a ser las cosas como entonces…

Pero no me arrepentía de nada, mi vida había seguido un camino en solitario, sí, pero era mi propio camino, con obstáculos que superar y logros que celebrar.

El ruido de pisadas entre piedras me alarmó, yo estaba apoyada en la barandilla, inmóvil, miré hacía allí pero sólo se veía oscuridad, me invadió el miedo, entonces recordé quién era yo y qué hacía ahí. Observé con más detalle la oscuridad y chasqueé los dedos, satisfecha pude ver como una sombra se movió al oírme, era un gran lobo que me miraba, le sonreí tranquila y el lobo se marchó despacio.

continuará...


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