Siempre he creído que hace ya una eternidad que te perdí,
siempre he tenido la sensación de que era demasiado tarde, sin embargo, ahora
me doy cuenta de que hace tan poco que nos conocimos, que parece increíble que
nuestra intensa historia haya sido tan breve.
Y entonces me pregunto por qué después de tanto silencio aún
recuerdo tu risa, por qué me descubro pensando en ti en momentos en blanco,
por qué sigo viendo tu nombre en cualquier parte y por qué me sigo
estremeciendo cuando lo leo. O por qué, simplemente, estoy escribiendo esto. Pues
creo que ya hace mucho que me decía a mí misma lo de “es sólo cuestión de
tiempo”.
Tal vez sea porque me parecías diferente al resto. Tal vez
sea porque me esperaba tanto que todavía siento que tengas que darme más. Tal
vez sea porque has sido una meta que no he alcanzado. Tal vez sea porque no
ha llegado nadie que te supere. O tal vez no.
Y una vez más me maldigo por caer en el pozo del
sufrimiento, o mejor dicho, por tirarme de cabeza, pues quizá esto sea tan sólo
uno de esos momentos en blanco que lleno con tu nombre porque el resto están ya
vencidos.
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