¡Fíjate cuántas puertas! Algunas parecen estar ya entreabiertas, pero por esas no
quiero entrar pues no me interesa lo que hay detrás… Ésta parece interesante,
pero aquella otra también ¿por cuál debería decidirme?… no sé, ¿se podrá
entrar? Vaya, está cerrada con llave. ¿Busco la llave o busco otra puerta? A ver…
anda, pero si por aquí hay más… y mira, ésta es magnífica, no sé qué habrá tras
ella pero desde luego debe ser genial… aunque también está cerrada. Veamos,
éstas no me gustan, no es que no sean bonitas pero… joder, pues no sé qué
hacer, hay tantas puertas… podría decidirme a entrar por alguna que ya esté
abierta, pero ¿y si no me gusta lo que encuentro?... mmmm… ¡Oh! Esta puerta me
gusta, ¡es perfecta! A ver… joder, cerrada con llave… maldita sea… la llave
tiene que estar en algún sitio, a ver… por aquí no está… aquí tampoco… ¿dónde
puede estar? me cago en…
Lo que esta persona no sabe es que en su bolsillo está la
llave maestra que abre todas las puertas, siempre la ha llevado consigo...
Pues todos tenemos en nuestro interior la capacidad de alcanzar todo aquello que nos propongamos, sólo tenemos que saber utilizar ese poder... y tú... ¿ya te has mirado en los bolsillos?
